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Tenemos muy interiorizadas distintas ideas relacionadas con la sostenibilidad, vigilamos el consumo que hacemos de agua, apagamos el grifo cuando nos duchamos o lavamos los dientes, vamos en bicicleta en vez de ir en coche o moto, entre otras cosas…
A la hora de escoger el material del cual están fabricadas las prendas que utilizamos en nuestro día a día, como es el caso de la ropa interior, también hay que tener en cuenta la sostenibilidad en su producción y la composición de los materiales.
El material más sostenible y ecológico a la hora de escoger ropa interior es el lyocell, gracias a la calidad de sus fibras, se trata de un material hipoalergénico, respetuoso con tu piel y con el medio ambiente. En el caso del contacto con la piel, la mejor opción es el algodón, pero la necesidad de utilizar tantos litros de agua ensu producción lo convierte en un material poco sostenible. En cambio, con el algodón orgánico no sucede lo mismo.
El lyocell o el algodón orgánico deben ser los materiales predilectos a la hora de escoger ropa interior. De la misma manera que debemos evitar, en manera de lo posible, comprar ropa interior fabricada con materiales sintéticos, como es el casodel poliéster, el elastano y la poliamida. Estos materiales no son tan óptimos para el cuerpo ni para el medio ambiente, están producidos de manera artificial por el ser humano. La mayoría de estos materiales no son biodegradables y tardan en descomponerse entre 20 y 200 años.
En los últimos años, han ido apareciendo distintos materiales, como es el caso del Lyocell, una fibra 100% natural y de origen vegetal, que se obtiene mediante la pulpa de la madera del eucalipto, a través de un proceso totalmente sostenible de principio a fin. Gracias a su transpirabilidad, es un eficaz antibacteriano, absorbente de humedad, con una gran resistencia, elasticidad y suavidad.
De todos modos, aún queda mucho por avanzar y hacer en el ámbito de los materiales y la sostenibilidad, intentando inculcar a las nuevas generaciones que es mucho mejor comprar pocos productos de calidad que muchos de menor calidad, evitar el “fast fashion”, y a poco a poco ir recopilando prendas para crear un fondo de armario más duradero y de mayor calidad.